Un sitio cómodo, como en casa (cocina, internet, calefacción...), en el centro de León (a tiro piedra del Húmedo!) y muy tranquilo (al quedar en Ordoño II no hay ni un ruido) y con una dueña, Blanca, encantadora.
En resumen una perfecta relación calidad/precio.
Me encanta León, y siempre que voy lo primero que hago es llamar a la pensión Blanca. Es la mejor, calidad-precio y el trato es aún mejor. Estas como en casa y en el centro.